Año: 2014
Duración: 100 min.
País:Estados Unidos
Director: Jon Watts
Guión: Christopher D. Ford, Jon Watts
Reparto: Peter Stormare, Eli Roth, Laura Allen, Elizabeth Whitmere, Christian Distefano, Chuck Shamata, John MacDonald, Sarah Scheffer,
Película dirigida por Jon Watts, quien además es co-escritor del guión junto con Christopher D. Ford. y producida por Eli Roth.
Cuenta la historia de Kent un padre amoroso que encuentra un traje de payaso para utilizarlo en la fiesta de cumpleaños de su pequeño hijo. Lo que no sabe es que no se trata de un traje común y pronto empezara a sufrir una transformación que forma parte de una antigua maldición que cae en todo aquel que lo utiliza.
Lo que la dupla Watts/Ford nos regala es una historia que en el papel luce muy simple, la cual rápidamente introduce algunos momentos chuscos con el personaje de Kent mientras este lidia con los problemas iniciales que le provocan el traje; dándole así un aire ligero a lo que ocurre y que te prepara de buena forma para lo que supones será un golpe directo cuando las cosas se pongan feas. Situación que lamentablemente no se da y que en realidad es el principal problema de la película debido a que el primer acto es utilizado para ir desarrollando poco a poco los misterios que hay detrás. Esto provoca que todo transcurra de manera exageradamente lenta, sin sustos o momentos con un grado de intensidad siquiera decente; simplemente no ocurre demasiado más allá de los conflictos internos del personaje principal y una breve explicación de los ficticios orígenes de la fuerza maligna detrás que, si bien son interesantes, no juegan un papel fundamental en los primeros 40/45 minutos.
Es hasta que llega el segundo acto cuando en verdad esto se torna interesante debido a que finalmente deciden quitar el pie del acelerador y la transformación empieza a tomar forma como uno quería desde varios minutos atrás. Ciertamente no es algo tan espectacular o lo sangrienta que uno esperaría, pero está bien llevada; además que los detalles del pasado del traje son lo suficientemente perturbadores para brindar una buena dinámica entre una cosa y la otra. Generando así la preparación idónea para la mejor escena de todas: la del centro de juegos.
Realmente nunca imagine que un escenario así podría brindar una atmósfera tan interesante: sabes perfectamente bien cuál será el trágico destino de alguno de los niños, pero la construcción de los ataques tiene un grado de tensión tan potente que aun así te perturba. Lo único malo es que no son tan gráficos o violentos; la sangre se mantiene en lo mínimo cuando a mi juicio era necesaria por lo menos una muerte con estas características.
La parte final es destacada. Por fin se revela al payaso en su totalidad y la meticulosa historia detrás de este recibe la atención debida para generar un conflicto entretenido que combina cierta acción, una buena dosis de sangre y un cierre con el que por momentos parece jugaran un poco, pero que terminan haciéndolo totalmente crudo y sin sentimentalismos.
Cuenta con unos efectos limitados y el trabajo de maquillaje en la transformación es de destacar.
Auqnue tarda en arrancar, es una película muy recomendable.