Año: 2018
Duración: 126 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Ari Aster
Guion: Ari Aster
Reparto: Toni Collette, Gabriel Byrne, Alex Wolff, Milly Shapiro, Ann Dowd
Desde hace unos pocos años se han producido una serie de películas que podriamos etiquetar como terror de autor, que son películas de terror, pero que no se basan en dar sustos volumetricos, sino que crean una atmósfera, tienen personajes muy bien definidos, un guión original e interesante, y son "adoptadas" por Festivales como Sundance. Así hemos podido ver títulos estupendos como "It Follow", "En un lugar tranquilo , pero también productos aburridos y pedantes como "Soy un fantasma" o "Soy la bonita criatura que vive en esta casa"
En Hereditary nos encontramos con lo que parece ser la típica familia de clase media-alta estadounidense, un matrimonio con un hijo adolescente y una hija de 13 años. La muerte de la madre de la mujer, la abuela de los chicos, es el punto de partida para que empecemos a descubrir que secretos se esconden tras esta idílica familia y las tensiones enterradas y su historia de sucesos traumáticos empiezan a salir a la luz.
Ari Aster se toma su tiempo para ir desmontando a la familia, para ir mostrando sus traumas que van desde una abuela desquiciada pasando por una madre ofuscada y llena de inseguridades hasta llegar a una hija rarita que se comporta de manera extraña. Entre medias tenemos a un padre que aporta calma pero que tampoco se inmiscuye demasiado en los problemas familiares y un hijo adolescente con los problemas propios de su edad.
Todo se va cociendo a fuego lento y el drama familiar llega un momento en que se empieza a desbordar con la entrada del elemento sobrenatural que será el detonante que de entrada al terror y a la locura, rematando en uno de los mejores climax finales que se han visto en años, donde todo el desasosiego acumulado explota de manera perturbadora para dejarte acojonado en tu butaca.
No hay tan solo un guión sólido y equilibrado detrás, una gran dirección y puesta en escena, es que hay también unos actores que están perfectos en sus papeles. Toni Collette es quien quizás más peso y protagonismo tenga y hasta cuando está desquiciada convence, junto a un Gabriel Byrne sobrio como marido que las va viendo pasar y los dos hijos, una Milly Shapiro inquietante y un frágil y asustado Alex Wolff.
Hereditary vuelve a demostrar que el género está más vivo que nunca y que hay una nueva generación dispuesta a sacarlo de sus tópicos y su encasillamiento y de la cual esperamos muchas y gratas sorpresas en los sucesivos años, nos esperan diversas alegrías en el futuro.
En Hereditary nos encontramos con lo que parece ser la típica familia de clase media-alta estadounidense, un matrimonio con un hijo adolescente y una hija de 13 años. La muerte de la madre de la mujer, la abuela de los chicos, es el punto de partida para que empecemos a descubrir que secretos se esconden tras esta idílica familia y las tensiones enterradas y su historia de sucesos traumáticos empiezan a salir a la luz.
Ari Aster se toma su tiempo para ir desmontando a la familia, para ir mostrando sus traumas que van desde una abuela desquiciada pasando por una madre ofuscada y llena de inseguridades hasta llegar a una hija rarita que se comporta de manera extraña. Entre medias tenemos a un padre que aporta calma pero que tampoco se inmiscuye demasiado en los problemas familiares y un hijo adolescente con los problemas propios de su edad.
Todo se va cociendo a fuego lento y el drama familiar llega un momento en que se empieza a desbordar con la entrada del elemento sobrenatural que será el detonante que de entrada al terror y a la locura, rematando en uno de los mejores climax finales que se han visto en años, donde todo el desasosiego acumulado explota de manera perturbadora para dejarte acojonado en tu butaca.
No hay tan solo un guión sólido y equilibrado detrás, una gran dirección y puesta en escena, es que hay también unos actores que están perfectos en sus papeles. Toni Collette es quien quizás más peso y protagonismo tenga y hasta cuando está desquiciada convence, junto a un Gabriel Byrne sobrio como marido que las va viendo pasar y los dos hijos, una Milly Shapiro inquietante y un frágil y asustado Alex Wolff.
Hereditary vuelve a demostrar que el género está más vivo que nunca y que hay una nueva generación dispuesta a sacarlo de sus tópicos y su encasillamiento y de la cual esperamos muchas y gratas sorpresas en los sucesivos años, nos esperan diversas alegrías en el futuro.