Año: 2018
Duración: 89 min.
País: Estados Unidos
Dirección: Quinn Lasher
Guion: Mike Scannell
Reparto: Yvonne Strahovski, Justin Bruening, Abigail Pniowsky, Julian Bailey, Anna Pniowsky, Ryan McDonald, Stephanie Costa
Hay películas que de antemano ya sabes que ni te van a sorprender porque siguen el mismo patrón que muchas otras similares, pero tampoco te van a decepcionar porque tendrán sus dosis de muertes, sangre, tensión o quizá algún susto, además su corta duración no te hará tener la sensación de perder el tiempo, esta es una de ellas.
Una madre y sus dos hijas se va de vacaciones a una antigua asa de su familia en una zona rural y apartada, el marido por razones de trabajo llegara más tarde. Al llegar allí, un vecino cercano le dice que en la casa vecina ya no vive nadie, desde que sus antiguos propietarios se fueron. Se instalan, y las niñas salen a jugar por el extenso bosque y lago que rodea la casa, cosa que nos servirá para ver alguna "cosita" extraña. Al llegar la noche, la noche una de las niñas se pone enferma, con vómitos. Poco después un extraño empezara a acosarlas, con intención de matarlas, mientras el marido se va encontrando imprevistos que alargan su llegada. Las res chicas tendrán que sobrevivir al acosador...
Lo dicho, nos encontramos ante una típica homeinvasión situada en un escenario rural, con casa de varias plantas, sótano y penthouse , su bosque y el indispensable lago, en la que el asesino y las potenciales victimas jugaran al gato y el ratón... Y lo dicho, aquí vemos alguna idea original, como alguna de las forma de actuar del psicópata que no es la tradicional de arma blanca en mano, la trama paralela del marido llegando nos da la dosis de emoción que se agradecen y entretienen. El final y el origen y motivaciones del psicópata inclina el computo final de la película a un SI merece la pena.