Año: 2019
Duración: 90 min.
País: Argentina
Dirección: Mariano Cohn
Guion: Gastón Duprat
Reparto: Peter Lanzani, Dady Brieva, Luis Brandoni, Noelia Castaño
En los últimos años el cine iberoamericano ha apostado claramente por el cine de genero, ya sea terror puro como en Aterrados, el Giallo como Abrakadabra, o el thiller como en este caso, y han conseguido difusión internacional gracias a la iniciativa Blood Window, que cada año trae un puñado de títulos a Sitges ( y otros festivales).
Estamos ante una película con reparto mínimo y una sola localización, circunstancia que complica mantener el intereses y la tensión a lo largo de toda la película, pero en este caso lo consigue en la mayor parte del metraje, solo en un momento entra en la repetición, pero consigue salir rápidamente gracias a un giro sorprendente de guión que replantea todo lo que hemos estado viendo. Una vez nos hemos situado en la situación, y transcurridos los momentos de tensión con el intento desesperado de escapar, la película se desarrolla y pone su interés añadiendo pinceladas de algo del pasado que quizá tenga relación con lo que pasa, se le añaden alguna pinza de humor y un mucho de critica social. En el último tercio de la película, se produce un cambio total de rumbo, pasando a ser esta critica social, la inseguridad, el mal funcionamiento de la justicia y la impunidad de los delincuentes el tema principal, y dándose de nuevo momentos de gran tensión.
En resumen, estamos ante una película entretenida, que parte de una situación similar a otras ya vista, pero que su original desarrollo le hace ganar puntos