Año: 2021
Duración: 98 min.
País: Países Bajos
Dirección: David Verbeek
Guion: Hugh Travers, David Verbeek
Reparto: Gijs Blom, Philip Juan, Anna Marchenko, Yen Tsao, Aviis Zhong
El género vampírico es uno de los más antiguos y explotados del cine y se ha utilizado desde muy diferentes ópticas e interpretaciones, romántico, comedias, terror, Kung-fu, ancianos, jóvenes, niños, caucásicos, negros, asiáticos, la lista es interminable y cada año se producen nuevas películas o series, sin ir más lejos este año en el Festival tenemos varias películas y muy diferentes entre ellas.
Un grupo de jóvenes hijos de algunas de las mayores fortunas del mundo forman un club en el que cada semana uno de ellos es una especie de líder que elige y organiza una actividad que tendrán que hacer todos. Una de ellas decide ir a la selva a recibir un curso de meditación (o algo así) de un chaman. cuando regresan, estan convencidos que el ritual que realizaron fue para convertirlos en vampiro.
Película de estética modernilla videoclipera con luces, neones y música que es tan pretenciosa como aburrida. Una vez los protagonistas conocen su nuevo "estatus" cada uno reacciona de manera diferente y eso es lo que vemos, siendo uno que juega con los mitos vampíricos (reflejo, luz del sol..) la subtrama más destacada aportando algún momento de humor (muy inferior a lo que hacemos en la sombra). El resto de personajes y la relación entre ellos es bastante aburrido, empeorado porque todos ellos son insoportables, no solo por ser niños de papa, sino por su manera de actuar. 80 minutos de tontearías, catalogo de coches y fiestas, situaciones absurdas que te dejan al borde del K.O por el aburrimiento y cuando piensas que no puede ser peor llega ese desenlace que hace peor todo lo visto y te noquea por completo.
Sensación de tiempo perdido