Año: 2021
País: Estados Unidos
Dirección: D.M. Cunningham
Guion: D.M. Cunningham
Reparto: Jeannie Jefferies, Haley Heslip, Peter Tell, Jackson Ezinga, Jovonnah Nicholson, Justin Golinski
Una de mis debilidades son las películas de zombies o cualquier cosa que se les asemeje, así que es casi seguro que las veré sin importar si son blockbusters o proyectos independientes que no reciben tantos reflectores. Aunque obviamente esta debilidad conlleva un riesgo debido a que también se trata de un subgénero en el que la calidad varía demasiado y siempre existe la posibilidad de llevarse tremendas decepciones, tal como es el caso con The Spore.
Y la verdad esto es una pena debido a que aquí hay cosas con las que se podía trabajar y sacar algo más entretenido debido a que la visión de Cunningham es bastante innovadora en el sentido de que la infección producida por el hongo es el verdadero personaje principal de esta historia, la cual además se maneja bajo una estructura de segmentos conectados para contarla sin que se pueda catalogar a plenitud como una antología. Dándole así una identidad propia que además se magnifica ante el hecho de que durante al menos unos 40 minutos realmente no tenemos diálogos, siendo unas transmisiones de radio la única vía para brindar contexto en lo que claramente es una referencia/homenaje a Night of the Living Dead.
Lo malo es que dicho enfoque minimalista hace que la mayoría de los eventos que se desarrollan no parezcan relevantes dentro de una problemática a mayor escala, provocando así que el ritmo sea exageradamente lento. Y eso empeora cuando por diseño la mayoría de las acciones no tienen un nivel de intensidad tan elevado como para disimularlo y esto genera que la experiencia se vaya convirtiendo en una demasiado cansina ante la falta de avances concretos, incluso cuando todavía quedan más de treinta minutos de metraje.
Unos que para colmo son, sin lugar a dudas, lo peor de la película y en gran parte se debe a que llegan los diálogos por medio de situaciones más elaboradas que están actuadas de manera terrible. Las cuáles deberían de exponer los peligros de la infección de forma espectacular pero se quedan encasilladas en cosas muy básicas que nunca logran hacerte sentir interés por los personajes y que, salvo por aspectos técnicos visuales, no ofrecen nada que se pueda considerar de gran importancia para el desenlace.
Sobre las actuaciones uno comprende rápidamente por qué la película tarda tanto en tener escenas con diálogos extensos fuera de las transmisiones de radio, ya que el elenco es bastante malo y les cuesta muchísimo lograr algo siquiera decente. Sobre todo a una señora a la que en todas sus apariciones se nota en exceso que se aguanta la risa en momentos de mucha seriedad.
En cuanto a producción es de muy bajo presupuesto, aunque un par de aspectos específicos resaltan: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte es simple, el score repetitivo, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje está bien cuidada y los efectos (prácticos) en general son de muy buena manufactura.