THE INHERITANCE

 Título original: The Inheritance

País: USA
Director: Alejandro Brugués
Guión: Chris LaMont, Joe Russo
Reparto: Peyton List, Rachel Nichols, Bob Gunton, Austin Stowell, David Walton, Briana Middleton, Reese Alexander, Chris Wood, Brody Romhanyi





Película dirigida por Alejandro Brugués (Juan of the Dead), cuyo guión fue co-escrito por
Chris LaMont y Joe Russo. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los
Estados Unidos el pasado 12 de julio, aunque no hay información sobre si saldrá en formato
físico.
En la víspera de su cumpleaños 75, un multimillonario invita a sus distanciados hijos a reunirse en su casa ante la sospecha de que algo o alguien intentarán matarlo. Poniendo en juego su herencia para asegurarse de que todos ayuden a mantenerlo con vida.

No es común que Netflix deje un proyecto a medio camino debido a que es un servicio que
todo el tiempo se encuentra en búsqueda de contenido sin importarle demasiado tener un
control de calidad tan alto, así que cuando se supo que ya no distribuirían The Inheritance
honestamente me esperaba lo peor. Aunque al final el resultado es más digerible de lo que se
pudiera llegar a pensar.
Más que nada porque lo ofrecido por Brugués es una historia muy simple que no pretende
ofrecer más de lo que debe y eso se deja en claro desde un primer acto que no contiene nada
particularmente llamativo, donde el principal objetivo es establecer el total distanciamiento
entre los hermanos y definir conflictos que añadan ciertas dudas con respecto a sus
motivaciones para aceptar la invitación. Mientras que al mismo tiempo y de forma sutil se trata de generar una atmósfera un tanto tétrica con la que se pueda ir integrando el tema sobrenatural que poco a poco va ir tomando el mando.
Algo que provoca que el ritmo no sea el más ágil, pero una vez que el peligro empieza a
manifestarse de manera constante esto cambia y las cosas se vuelven más agradables,
impulsado principalmente por el fatal destino de los hijos. Lo cual ayuda a incrementar el nivel de intensidad sin que se requiera demasiada violencia y, sobre todo, se pueda contar con una dinámica bastante caótica que no permite que existan pausas que pudieran afectar el
incremento del ritmo; aunque también hay que decir que por algunos momentos esto puede
generar confusión en lo que respecta a la distribución de la propia mansión y cómo los
personajes se mueven dentro de esta considerando que hay varias escenas donde corren de un punto a otro.
Llevándonos así a una parte final que presenta un giro que en realidad no es tan sorprendente,
pero al menos termina dándole sentido a las cosas. Lo malo es que lo que hay detrás de este no recibe la profundización que debería y en términos generales diría que se siente algo hueco, teniendo como consecuencia un desenlace que, si bien no lo encontré aburrido o malo, si carece de la potencia necesaria para tener el impacto que debería.
Con respecto a las actuaciones no hay mucho para destacar realmente, tal vez la presencia
Rachel Nichols (Madeline) o Briana Middleton (Hannah) es lo que más llama la atención pero
tampoco es nada como para echar fuegos artificiales. Mientras que en producción tenemos algo decente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es sólida, el score no resalta
demasiado, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien cuidados (salvo por un breve
momento con CGI al final) y la labor de maquillaje es discreta.